La construcción con impresión 3D plantea una alternativa singular al modelo tradicional: se trata de levantar muros y estructuras directamente sobre el terreno mediante grandes impresoras que depositan capas sucesivas de hormigón u otros materiales especiales. El resultado puede ser una vivienda completa o un módulo habitable con costes reducidos, menor desperdicio de materiales y, lo más importante, en tiempo récord.
Ventajas de las casas impresas en 3D
La principal ventaja es sin duda la velocidad de ejecución: algunas estructuras básicas se imprimen en menos de 24 horas. Esto es especialmente útil en situaciones de emergencia o para responder a la falta de vivienda asequible. Además, la automatización del proceso reduce errores, permite adaptarse con facilidad a diferentes diseños y optimiza el uso de materiales, disminuyendo tanto el coste como el impacto ambiental.
A ello se suma la posibilidad de imprimir en ubicaciones remotas o de difícil acceso y la creciente compatibilidad con materiales sostenibles, como mezclas recicladas o compuestos con menor huella de carbono.

Empresas que apuestan por este modelo
En España hay ya varias startups y centros de investigación están explorando activamente el potencial de esta tecnología. Una de las pioneras es Be More 3D, surgida de la Universidad Politécnica de Valencia, que ha desarrollado su propia impresora de gran formato capaz de levantar estructuras unifamiliares en tiempo récord. Su primer modelo piloto fue una casa de 60 metros cuadrados completamente impresa en hormigón, construida en Valencia.
Desde entonces, la empresa ha colaborado con organismos públicos y privados para adaptar su sistema a diferentes entornos y necesidades, desde viviendas sociales hasta desarrollos experimentales en países de América Latina y África. También se están sumando otros actores como la catalana Wasi 3D, y más allá de nuestras fronteras, la portuguesa Havelar, que recientemente construyó la primera vivienda impresa en 3D del país vecino, posicionándose como un referente emergente en la región.

La vivienda impresa en 3D no solo representa un avance técnico, sino un posible cambio del concepto de construcción: más rápida, más eficiente, más adaptada a las necesidades del presente y del futuro. Aunque todavía hay retos pendientes como la normativa, la certificación de materiales o incluso la aceptación social su potencial parece indiscutible.
Foto de portada | Lars Plougmann en Flickr
Más información | Be More 3D
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