Cuando el buen tiempo llega, cualquier rincón al aire libre se puede convertir en un tesoro. En este caso, un pequeño patio trasero ha sido completamente transformado para ganar una estancia más en la casa: un acogedor salón exterior ideal para desconectar, leer o disfrutar de una comida bajo el sol.
La reforma ha comenzado por las paredes, que se han pintado en blanco para para dar sensación de limpieza y una nueva vida al espacio. Los tonos frescos y luminosos, logran que el cambio multiplique la sensación de amplitud y son una base neutra perfecta para incorporar otros elementos decorativos sin sobrecargar el ambiente.

Destaca también la alfombra de motivos geométricos en colores claros, que delimita la zona y aporta calidez bajo los pies. Este tipo de textiles de exterior no solo decoran, sino que ayudan a definir visualmente los espacios en patios pequeños, haciendo que se perciban como una habitación más.
El mobiliario elegido es sencillo pero funcional: asientos cómodos, una gran mesa, complementos textiles y algunos otros detalles decorativos que convierten el rincón en un lugar apetecible. El resultado es un espacio versátil que, aunque no tiene un gran tamaño, demuestra que con buen gusto e intención, incluso los patios más pequeños pueden convertirse en el rincón más especial de la casa para el verano.
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