El patio de la foto sobre estas líneas era un lugar angosto y descuidado, una especie de pasillo entre muros altos, con el suelo de madera tan viejo que no invitaba a disfrutar de un rato libre allí. A pesar de su forma alargada y estrecha, un espacio exterior tiene siempre un gran potencial y con los cambios adecuados se puede transformar en un lugar mucho más especial.
En este caso, como veréis a continuación con la renovación, el cambio fue radical. El antiguo suelo de madera fue reemplazado por un revestimiento moderno autoinstalable, que resiste a la intemperie sin perder acabado. Además se colocó una alfombra de exterior con motivos geométricos en tonos neutros y líneas definidas, que aporta personalidad sin recargar.

Las paredes, antes de un color apagado y sucio por el paso del tiempo, se pintaron con dos colores claros y luminosos, en particular el blanco hace que el espacio se perciba como más abierto, limpio y acogedor. El cambio de color hace que el patio ahora parezca más amplio y armonioso, aún a pesar de su forma alargada.
El mobiliario también se renovó prácticamente por completo. Se mantuvieron algunos accesorios modificando su ubicación pero se optó especialmente por mobiliario en materiales nobles con textiles también en blanco para amplificar la luminosidad y la limpieza. Esta reforma sin obras, ha logrado sin duda una estética limpia, moderna y elegante para este patio que ahora parece un salón exterior de revista.
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